Un equipo de matem�ticos y psic�logos de la Universidad de Bergen, en Noruega, ha conseguido demostrar emp�ricamente el uso de la belleza como fuente de verdad. En un experimento en donde se juzgaba sobre la verdad de sumatorias verdaderas o err�neas presentadas en forma sim�trica o asim�trica, los participantes tend�an m�s a juzgar como correctas las adiciones sim�tricas que las asim�tricas. La simetr�a, hoy se conoce, facilita los procesos mentales y subyace a lo que percibimos como belleza.
Un rostro femenino hermoso es equivalente a un rostro sim�trico, y como hermosa suele calificarse de la composici�n sim�trica en una pinturao en la redacci�n de un art�culo o poema. La percepci�n de simetr�a (y belleza) ayud� a nuestros ancestros a elegir la que podr�a ser la mejor pareja en t�rminos de salud y capacidad reproductiva (un rotro o cuerpo asim�tricos sugieren poca salud y cuidados).
Sorprendentemente, en el renacimiento, grupos de florentinos afirmaban que el ser humano deb�a buscar la unidad entre la belleza, el amor y la verdad, tales cualidades se encarnan en la figura de la Venus. Los estudios actuales parecen sugerir que las tres cualidades estar�an relacionadas: la percepci�n de belleza sugiere tambi�n percepci�n de verdad, as� como de salud y atracci�n sexual (ambos relacionados con la bioqu�mica del amor).