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El artículo en cuestión es: ¿Abajo el Estado?

Sobre la situación ideal que describe en donde el Estado ha dejado de estorbar -y confiscar propiedad totalmente o parcialmente mediante impuestos y regulaciones- no existiría una declaración "de libre utilización" pues ya establecimos que el Estado ha desaparecido, lo que sucedería es que la sociedad se autoorganizaría mediante sistemas jurídicos privados como centros de mediación y arbitraje que ya existen incluso hoy. El comercio no tendría trabas de ningún tipo, los productos entrarían y saldrían del mercado de acuerdo a las preferencias de los consumidores y no gracias a los privilegios arancelarios para ciertos grupos actualmente, la producción aceleraría su marcha gracias a la facilidad de comerciar bienes, servicios e ideas y el empleo aumentaría en forma exponencial a la par que aumenta la calidad de vida.

En cuanto a las relaciones sociales, los ciudadanos utilizarían viejas y nuevas formas de cooperar, las relaciones laborales se establecerían por contratos de mutuo acuerdo y serían garantizados por notarías, actas de mediación o baste la palabra dada que tendrá mas valor que la costosa y menudo mañosa intervención de un inspector del trabajo. Lo mismo puede decirse de los fines que la gente llevaría a cabo que pueden ser no solo económicos sino también artísticos, ambientalistas, científicos, etc. No fueron necesarios estados para desarrollar el eco-turismo, turismo de aventura o turismo científico, esto es obra de emprendedores con visión y frecuentemente con convicción ambientalista. De hecho en nuestro país ya existen numerosas reservas privadas, haciendas que han destinado su territorio a reforestación y empresas que brindan turismo en áreas protegidas de su propiedad. Pero existen no gracias al gobierno sino pese a este.

Una sociedad sin Estado no tendría límites para que usted por ejemplo junto a otras personas y con aportes voluntarios formen una fundación que administre páramos, playas o selvas adquiridos a sus dueños para convertirlas en reservas privadas que se destinen a desarrollo sustentable o se dejen intocadas.

La experiencia muestra que lo que es "para todos" en realidad no es de nadie y como nadie es su dueño no se cuida. Cuando el gobierno finalmente empieza a "preocuparse" hace las cosas mal, mas costosas y con corrupción de por medio. Comparativamente es mucho más costoso el cuidado de reservas en forma gubernamental que las reservas cuidadas por sus propios habitantes, por fundaciones o por empresas. Y lo peor es que el costo no lo asumen los políticos sino los ciudadanos.

Como ejemplos del cuidado privado. Hacia el sector del Inga Alto conozco una hacienda muy grande con montañas dentro de ella y en donde están protegidos venados, pumas y osos mucho mejor que algunos parques nacionales, conozco hoteles que aunque no son propietarios de playas las conservan como si fueran propias en ausencia del gobierno (que suerte). Pero la actividad humana no es necesariamente enemiga del ambiente es el caso de las salineras en la costa que se han convertido en lugares de refugio de aves o de las plantaciones de café y palma que protegen ecosistemas. Cuando existe libertad social y económica, existe mejor calidad de vida y con mejor calidad de vida los sistemas de producción obsoletos y contaminantes van siendo reemplazados por mejores métodos industriales.

Aunque los urbanizadores, constructores e inmobiliarias nos brindan fuertes evidencias de que el sector privado administra mejor el trazado de calles, parques y la oferta de servicios públicos, una sociedad sin Estado formaría gobiernos de poder limitado en las ciudades para resolver disputas y para administrar espacios públicos como reservas adquiridas legítimamente, sin expropiación ni confiscación con tasas voluntarias. La idea de que existen monopolios gubernamentales naturales es un absurdo. Recordemos algo de historia patria: los parques eran privados. Las juntas de aguas y carreteras daban mantenimiento a las fuentes, canales y vías de comunicación durante la colonia y parte de la república. El agua y sanidad lo brindaba el sector privado (recuerde los aguateros). Las primeras plantas de telefonía, electricidad y alumbrado público fueron privadas, los ferrocarriles también, lo mismo los puentes, puertos y distribución de combustibles, la explotación petrolera en la Península era enteramente privada y ya pocos recuerdan el ferrocarril que unía Manabí con Guayas o el ferrocarril de tracción con mulas que funcionaba en Galápagos. Recordemos que el entrenamiento de nuestra naciente fuerza aérea la entregaba el Club de Tiro y Aviación. En serio ¿Qué nos hace pensar que el Estado administra algo bien? hasta donde yo conozco lo ÚNICO para lo que el Estado es eficiente es para la guerra, para manejar campos de concentración y corromper a la gente. La Unión Soviética (el caso extremo) es ejemplo de ello tanto como de los peores desastres ecológicos conocidos: Chernobyl, contaminación de los mares Baikal, Blanco, Barents con desechos -incluidos los nucleares-, la lluvia ácida, los PCBs e infinitud de desastres. Un caso menos extremo pero en camino por esa vía gracias al nuevo gobierno es el nuestro donde el Estado todo corrompe, todo estorba y a todos empobrece.

El Estado no puede crear riqueza pero puede empobrecer a la gente, el Estado jamás ha inventado nada pero puede apropiarse de inventos, el Estado no forma capital pero puede confiscarlo para usarlo para sus ruinosas y corrompidas empresas monopólicas.

Es mejor para todos que dejemos a las personas en libertad para desarrollar su talento y buscar fortuna tanto como para que administre reservas, servicios, justicia y seguridad.