Replicando, con instrumentos nuevos, experimentos cl�sicos de hace 55 a�os, investigadores de Estados Unidos dieron un nuevo aire a la teor�a dominante sobre el origen de la vida, en una historia en la que un cient�fico mexicano fue no s�lo coautor, sino protagonista.
Todo empez� en 1953. En aquel entonces, Stanley Miller era un estudiante graduado de 23 a�os que hizo un experimento bajo la tutela del ganador del Nobel Harold Urey.
Miller recre� lo que pensaba era la atm�sfera de la Tierra antes de que hubiera vida en ella, y coci� una �sopa primitiva� cuyos ingredientes eran metano, amoniaco, hidr�geno, agua y descargas el�ctricas que simulaban rayos. La cocci�n se puso roja, luego amarilla y por �ltimo de un color �xido marr�n.
Aquel experimento de Miller-Urey demostr� que con los ingredientes de aquella sopa era posible producir amino�cidos, los bloques que forman las omnipresentes prote�nas. El experimento cl�sico encontr� cinco amino�cidos, y el reporte que se public� en la revista Science revolucion� la ciencia.
Pascale Ehrenfreund, de la Universidad George Washington, dice que desde el punto de vista hist�rico, �el experimento de Miller convirti� en la d�cada de 1950 el estudio del origen de la vida en un campo de investigaci�n importante�.
Pero nadie sab�a, entonces, que Miller hab�a ido mucho m�s lejos.
La nueva versi�n de la historia comenz� hace un par de a�os, dice el mexicano Antonio Lazcano Araujo, bi�logo de la Universidad Nacional Aut�noma de M�xico y una autoridad en el tema del origen de la vida.
�Stanley Miller y yo �ramos muy amigos, y hace ya a�os, �l me regal� las muestras que hab�a guardado del primer experimento que hizo en 1953�, dijo. Esas muestras las conserva en su casa.
Miller muri� en mayo del a�o pasado, y poco despu�s de eso, Lazcano fue invitado a dar una conferencia en Austin, en compa��a de Jeffrey Bada, del Instituto Scripps de Oceanograf�a en La Jolla, California. Bada no s�lo fue uno de los primeros alumnos de Miller: a la muerte de �ste, su archivo personal fue trasladado a la oficina de Bada.
En Austin, siguiendo una pr�ctica com�n, Lazcano y Bada revisaron el material del otro: las presentaciones, las fotos, y a Bada le extra�� ver unos recipientes que son parte del regalo de Miller a Lazcano. Le pregunt� qu� era aqu�llo.
�Le dije: "Bueno, son los resultados del experimento de 1953; Miller me los regal�". Y entonces �l dijo: "Oye, pues los deber�amos analizar con el instrumental de hoy", y yo le dije que encantado�, record� Lazcano.
Un par de semanas m�s tarde, el mexicano viaj� a La Jolla a la oficina de Bada y le dijo que Miller tendr�a que haber dejado minuciosamente detallados los experimentos. �Fuimos a ver las cajas que hab�a heredado Bada... y ah� estaba todo�. �Qu� era todo? �Encontramos cajas polvorientas pegadas con cinta adhesiva, todas cuidadosamente etiquetadas. Y pudimos empatar las muestras con los cuadernos de laboratorio de Stanley�, relat� Bada.
�Indicaban los precursores, las condiciones de cada experimento y los cuadernos de notas a los que pertenec�an�, dijo a su vez Lazcano. Emocionados, Bada y Lazcano buscaron los cuadernos alojados en la Universidad de California en San Diego y pudieron relacionar cajas con notas. Todo cuadraba a la perfecci�n, de modo que fue posible replicar los experimentos.
�Los experimentos? S�, porque no era uno solo: las muestras y las notas evidenciaron que aunque Miller s�lo report� un montaje experimental, en realidad hab�a hecho otras dos pruebas: una de ellas s�lo cambi� la fuente de electricidad, pero la otra introdujo una leve modificaci�n que convert�a el experimento en algo m�s espec�fico: simulaba las condiciones de un volc�n primitivo.
Los resultados fueron sensacionales. �Miller hab�a reportado cinco amino�cidos. Con las muestras que yo ten�a la cantidad se elev� a 11, y cuando analizamos el experimento volc�nico nos hallamos con que hab�a 22 amino�cidos, muchos de los cuales no se hab�an reportado antes�, relat� Lazcano.
Los nuevos resultados se publicaron esta semana en la revista Science, y causaron un revuelo editorial en el mundo. �Fue como sumergirse de nuevo en la sopa primitiva�, dijo el bi�logo de la UNAM. �Nos sorprendi� la cantidad de compuestos que hab�amos encontrado�.
�Qu� lecciones dejan los nuevos experimentos? �Creo que nos dan una imagen m�s refinada de la Tierra primitiva�, dijo Lazcano. �Generalmente nuestras simulaciones han sido limitadas, pero aqu� estamos simulando el ambiente de una erupci�n volc�nica, y result� ser muy, muy exitosa�.
Publicado originalmente en Milenio (M�xico)