Ah� tenemos a la insulina administrada a diab�ticos, varios tipos de vacunas (como la hepatitis B) y gran diversidad de tratamientos para determinadas enfermedades que conseguimos gracias a organismos transg�nicos.
Le�a hace poco, con cierto asombro, que el 34% de los espa�oles considera la ciencia perjudicial o que los aspectos positivos o negativos de �sta eran equivalentes. Una afirmaci�n que resulta en s� misma bastante graciosa. Si ese mismo porcentaje tuviera que prescindir de los beneficios de la ciencia (tales como la electricidad, las medicinas, el coche, las gafas, los ordenadores, la televisi�n...) muy probablemente la opini�n sobre �sta cambiar�a radicalmente hacia otra mucho m�s favorable. El problema radica aqu�, sin duda, en que muchos no perciben los frutos de la ciencia a nuestro alrededor.
Una cosa similar ocurre en el tema de los transg�nicos. El ambiente de preocupaci�n presente por los alimentos transg�nicos est� llevando a la sociedad a considerar todo lo transg�nico malo o da�ino. Ignorando esos frutos de la ciencia, concretamente determinados organismos transg�nicos, que est�n salvando la vida a millones de personas o mejorando su salud. De hecho, si ahora seleccion�semos a 10 personas con diabetes tipo I y les pregunt�semos sobre su opini�n acerca de los transg�nicos la respuesta m�s frecuente ser�a la siguiente: "Pues me parecen algo malo y peligroso." Ahora bien, si les dij�ramos que el tratamiento con insulina, que se aplican todos los d�as y que les permite seguir viviendo, procede de un organismo transg�nico, la opini�n cambiar�a sustancialmente al descubrir este hecho no sin sorpresa y asombro.
Con estos ejemplos contrastados no es mi intenci�n mostrar la ciencia como una cosa ut�pica, divina y milagrosa. La ciencia no es ni buena ni mala. Lo que son buenas o malas son las aplicaciones de la ciencia que realizan los hombres. De la misma forma que un cuchillo no es ni bueno ni malo sin una intenci�n detr�s en su uso, la ciencia tampoco es ni buena ni mala sin una intencionalidad detr�s. Un ejemplo de esto lo podemos ver en la microbiolog�a (�rea de la ciencia que estudia los microorganismos). Gracias a ella hemos obtenido gran variedad de antibi�ticos que nos permiten curar la mayor�a de las infecciones. Sin embargo, tambi�n determinadas personas han utilizado los conocimientos de la microbiolog�a para crear armas biol�gicas con las que matar.
Con los transg�nicos ocurre lo mismo. No son ni buenos ni malos aisladamente, sino que son buenos o malos seg�n la intenci�n con la que se aplican. Un ejemplo da�ino del uso de transg�nicos lo tendr�amos, por ejemplo, en la aplicaci�n masiva de �stos en los cultivos haciendo peligrar una biodiversidad de por s� ya mermada. Con este art�culo no es mi intenci�n defender a ultranza los transg�nicos sino simplemente combatir el odio y miedo generalizado e injustificado hacia todos los transg�nicos sin excepci�n.
La ingenier�a gen�tica es la ciencia "encargada" del desarrollo de organismos transg�nicos. �Qu� son los organismos transg�nicos? Pues son organismos que se han modificado gen�ticamente con un fin determinado. Ya sea una planta del tomate para dar m�s frutos, una modificaci�n de una bacteria para producir una determinada prote�na, o un cambio en la piel de un cerdo que pasa a ser fluorescente. Las posibilidades y los �mbitos de actuaci�n son tan amplios como tan extensa es la informaci�n del ADN y la variabilidad de las especies.
La insulina y las bacterias transg�nicas Antes de la aparici�n de la insulina humana actual, a los diab�ticos se les administraba insulina de cerdos y vacas. Aunque estas insulinas eran muy parecidas a la humana, algunos de sus componentes (los amino�cidos) eran ligeramente diferentes y llevaban a algunos diab�ticos a considerarlas extra�as. Esto llevaba a la producci�n de una reacci�n inmune en contra de la insulina, que produc�a reacciones adversas (tales como alergias) y terminaba siendo ineficaz.
En los a�os 80 tuvo lugar un hito para la medicina: la producci�n y comercializaci�n de la insulina humana (insulina recombinante o biosint�tica) gracias a los avances conseguidos en ingenier�a gen�tica. �C�mo fue posible la producci�n en grandes cantidades de insulina humana sin tener que extraerla de humanos? Los pasos fueron los siguientes:
- Se aisl� y se cort� el gen productor de la insulina humana del resto de ADN humano.
- Se insert� dicho gen en la bacteria Escherichia coli.
- Se potenci� la multiplicaci�n de las E. coli transg�nicas que produc�an insulina en cultivos bacterianos para obtener un gran n�mero de ellas.
- De esa poblaci�n de E. coli se extra�a la insulina producida.
En la actualidad el patr�n b�sico sigue siendo el mismo aunque se utilizan otras bacterias a parte de la E. coli, como la levadura del pan. Gracias a esas bacterias transg�nicas, fue posible la comercializaci�n a nivel mundial de la insulina humana. Al ser propia de nuestra especie, no ten�a los riesgos de las insulinas de vacas y cerdos y como la obtenci�n era mucho m�s r�pida y eficiente, el precio de la insulina baj� enormemente.
Hoy, millones de diab�ticos se administran lo que una bacteria transg�nica produce. Sin pol�micas, sin miedos pero, eso s�, sin que la mayor�a de ellos conozcan la fuente de su insulina.
Publicado originalmente en Soitu (Espa�a)