La semana pasada, Stephen McIntyre, blogger de Climate Audit, hizo p�blico que el Goddard Institute for Space Sciences (GISS) de la NASA, dirigido por el superstar Jim Hansen, hab�a sustituido �reescribiendo el archivo original y sin m�s trompeter�a que un par�ntesis: �(We wish to thank Stephen McIntyre for bringing to our attention that such an adjustment is necessary to prevent creating an artificial jump in year 2000)�� la vieja tabla de temperaturas medias anuales de los Estados Unidos por una nueva que rebajaba la posici�n de los �ltimos a�os en los primeros puestos. Esta nueva tabla era producto de las advertencias que el propio McIntyre hab�a hecho llegar al GISS acerca de algunos errores procedimentales �el m�s importante, que se usaron datos de dos redes meteorol�gicas distintas� que recalentaban los a�os posteriores al 2000. Ahora, en los EEUU, se est� discutiendo apasionadamente si las diferencias en las tablas son trascendentes y en qu� medida afectan a la temperatura media anual del planeta en eso que la lucrativa industria climat�logica llama calentamiento global. En verdad, son discusiones por el placer de la afon�a. Los verdaderos problemas del calentamiento global se encuentran antes de que este episodio del GISS les afecte.
Este art�culo ha sido sometido a un proceso de peer-review.
A qu� llaman calentamiento global
Se entiende por calentamiento global la actual tendencia de la temperatura media del planeta a subir respecto de una fecha anterior convencionalmente establecida. Seg�n la lucrativa industria mencionada, este calentamiento global est� causado espec�ficamente por las emisiones de CO2, CO4 y otros gases de efecto invernadero (GHG = Greenhouse Gases), de ah� que se le apellide antropog�nico, o sea causado por el ser humano (AGW = Anthropogenic Global Warming). Ahora bien, el planeta tiene muchas temperaturas medias en funci�n de la altitud; el calentamiento global se refiere a la temperatura del aire en superficie (SAT = Surface Air Temperature), es decir, la temperatura que soportamos los humanos en el suelo. Algunos modelos clim�ticos incluyen en ella la SST (Sea Surface Temperature, temperatura del aire sobre la superficie del mar), pero otros no, arguyendo que no existen diferencias significativas y que se puede usar una estimaci�n. Otras temperaturas medias posibles, por ejemplo la troposf�rica �entre 1 km y 15 de altitud aprox., hasta la tropopausa�, que se obtiene mediante una ecuaci�n a partir de datos proporcionados por sat�lites y globos, no registra una tendencia an�loga a la del suelo y m�s bien muestra discrepancias con ella, aunque no hay discrepancia que un nuevo c�lculo no pueda aliviar. El International Panel for Climate Change (IPCC), organismo de la ONU que pastorea el entramado mercantil del cambio clim�tico, solo tiene en cuenta la temperatura SAT, que es la �nica que, a su decir, demuestra claramente que el mundo se calienta por culpa nuestra, y esa es la �nica con que los medios martillean a la opini�n p�blica. Si tienen suerte, estas otras temperaturas medias posibles figuran en notas al pie de los informes del IPPC como evidencias suplementarias.
Un concepto acient�fico
La rica variedad de fuertes emociones que promete el negocio del calentamiento global �extinciones masivas, tornados, huracanes, inundaciones, sequ�as y lluvias torrenciales, anegaciones por subidas del nivel del mar, deshielos, d�as m�s cortos, etc.� oculta de hecho que el concepto en s� no es muy cient�fico y, desde luego, impide darse cuenta de que, como s�ntesis de una hip�tesis, carece de sentido. N�tese que el IPCC advierte que entre 1901 y 2000 la temperatura media mundial subi� 0.57�C (con un margen de �0.17�C; suele redondearse como 0.6). La cifra impresiona por su precisi�n, de aire cient�fico y meticuloso, pero todav�a impresiona m�s cuando se considera que se refiere a un planeta complej�simo con miles de microclimas heterog�neos sometido a incontables variables biof�sicas y bioqu�micas, no todas conocidas y algunas de ellas dependientes de factores e influencias no necesariamente planetarios (rayos c�smicos, campo magn�tico y actividad solar, p.ej.). Sacar un promedio de tanta diversidad �y pese a tantas lagunas en nuestro conocimiento� en una extensi�n de 510 millones de Km2 �de los cuales el 71% [362 millones de km2] son mar� es lo mismo que establecer un promedio con tres decimales entre manzanas, tornillos, botellas y haikus. Sirve para entretener a quien se ponga, pero dudo que nadie lo considerara v�lido para imponer pol�ticas sobre agricultura, industria metal�rgica, fabricaci�n de vidrio y poes�a japonesa. Sin embargo, es lo que ocurre con el calentamiento global: como llueve en Galicia, en el desierto de Almer�a ser� obligatorio salir a la calle con gabardina y botas de agua. La media dice que llueve en ambos sitios.
Que no es muy cient�fico se confirma por el modo en que el concepto sortea cualquier intento de falsaci�n. La falsabilidad significa que debe ser posible refutar con observaciones directas aquello que se propone. �Todos los hombres miden menos de 1.60 metros� es una afirmaci�n falsable, y se falsa (i.e. se refuta) encontrando un solo hombre que mida m�s de 1.60 metros. �Todos los hombres miden menos� no es falsable, ya que no se indica �menos de cu�nto� o �menos que cu�ndo�. Para poder falsar una afirmaci�n es necesario, pues, que esta sea lo menos ambigua posible. Si no cabe falsarla con observaciones contrarias, lo que se propone es fe o filosof�a, no ciencia. En este sentido, es evidente que una temperatura media mundial es una afirmaci�n ambigua, por las razones de diversidad y extensi�n aducidas arriba; la falsaci�n, de ser posible �que no lo es�, deber�a aplicarse a los datos y procedimientos estad�sticos por los que se establece la media. En las teor�as, lo falsable no son los resultados (�hace m�s calor globalmente que hace 100 a�os�) sino la causa (�Hace m�s calor globalmente que hace 100 a�os por una farola de la calle Mayor�). Que haga m�s calor lo puede verificar o desmentir el term�metro; que sea por esa causa no. Para falsar el ejemplo hay dos procedimientos primeros y sencillos (u otros m�s elaborados):
1) Se elimina esa farola y se miran consecuencias: �la temperatura sigue subiendo durante un plazo significativo? Entonces la teor�a ha sido refutada: la farola no es el motivo del calentamiento. �La temperatura ha bajado? Entonces la teor�a ha sido provisionalmente confirmada y procede una observaci�n distinta para descartar causas concurrentes.
2) Se ponen otras 100 farolas junto a la farola de la teor�a, api�aditas. Si la temperatura no registra una subida notable �proporcional o tendente a proporcional�, la explicaci�n te�rica es incorrecta por incompleta. Las farolas no son la causa principal. Esta observaci�n de falsabilidad puede acometerse poniendo 100 farolas en l�nea en la misma u otras calles, a intervalos regulares e irregulares, etc.
Publicado originalmente en Hispalibertas (Espa�a)